25 de febrero de 2015

El ultimo hombre sobre la tierra.



La historia a continuación esta basada en este cuento corto.

El silencio flotaba alrededor mío, camine tranquilamente esas calles, intente tomar un poco de agua de una fuente con mis manos para desliñar con cuidado mi cabello, me senté unos momentos, el sol dejaba caer sus rayos de entre los edificios, el aire se deslizaba suavemente sobre mis pies, ninguna sombra alrededor mío. Decidí volver a pararme, decidí continuar con mi caminata diaria, mire los colores vivos de la ciudad, añoraba esos tiempos en los que el transito cedía el paso a peatones, el momento cumbre del día en el cual todos estaban caminando, caminando entre ellos me sentía vivo, ahora solo me acompaño de soledad, pero no tengo problema alguno, lo disfruto, aunque esos momentos de extrañar llegan a mi cabeza, a mi ser.

Ya conozco todos estos lugares, he pasado por donde nadie podía, he encontrado lo que todos escondían, se dónde está o estaba cada cosa, sonrió al darme cuenta que llego al mismo sitio después de horas de transitar pasillos, calles, edificios, no espero ninguna emoción ya, vivo en un ambiente solitario, silencioso, pero no es como si antes de todo yo no hubiera estado ya aquí, con sociedad o sin ella, sigo siendo ese desconocido, ese perdido, perdido personaje que nadie recordaba ya, que caminaba entre las masas sin ser percibido por los demás, puede que a veces extrañe alguna que otra atención de otros, pero es suficiente para mí solo vagar en este ambiente, sentirme en casa, hace años este lugar no era más que ruido, no era más que un puñado de personas ignorando a las demás, tristezas andantes, mentiras, ira, hiel... Fui testigo de cosas horribles durante todas las facetas de mi haber, aprendí a amar pero también a repudiar y aun después de tanto, al final solo pude decir: "Gracias", todos ellos que residían este lugar me enseñaron tanto y hoy y cada día, yo camino con ellos, sé que siguen ahí, como yo sigo aquí.
La noche se acerca, las luces siguen encendiéndose, deje todo encendido, a veces me gusta subir al edificio más alto y ver las luces encendidas, el paisaje más bello, mis estrellas personales; el clima de hoy pareciera que tornara ese cielo en nubes, me gusta estar aquí, solo ver caer el agua sobre mi, ver como moja el suelo, esas primeras gotas que pintan lunetas en el piso, estas son las pequeñas cosas que al final del día aprecias, porque a pesar de todo uno sigue aquí, a pesar de todo aun puedes ser espectador de todo lo que sucede en este maravilloso lugar... Pero es momento de abandonar estas calles, porque hay más de una manera de apreciar la lluvia.

He estado solo más de un año en este mundo, todos se fueron, desaparecieron de la faz, yo no, no hay diferencia para mí, no hay tiempo ya, he olvidado como es el contacto, como es hablar con una persona, me propuse salir de este lugar e ir a buscar a otro lado algo o alguien... Si es que aun existe, pero mientras más recorro estas calles desoladas mas caigo en la rutina, en el miedo, en la nostalgia de todo lo que alguna vez fue, sigo paseando todos los días, todo esto es inmenso, quizá al final lo que necesito encontrar se halle aquí, quizá solo me estoy mintiendo para no despegar al lugar erróneo, a veces mi mente me juega trucos, hay ocasiones en las que logro escuchar una voz a la distancia, volteo rápido y no encuentro nada, que más esperaba, estoy solo, hay veces que detecto pasos, en momentos el ver una luz apagándose a la distancia me hace imaginar que hay alguien, pero no, es solo una luz fundiéndose, nada más que eso basta para crear en mi tanta nostalgia que me hace imaginar estas cosas.

Esta vida es la que tengo ahora, es la que llevo desde hace ya tiempo y es la que debo de continuar
viviendo. Después de tanto pensar ese día, camine a la casa donde toda mi vida he dormido, años han pasado y sigo terminando ahí, pero algo... algo me extraño en esa ocasión, la luz se apagó en cuanto llegue a la puerta... Y por reflejo humano que aún tengo de mi pasado, toque.

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